martes, 1 de septiembre de 2009

La rutina de Tomas

Como todas las mañanas, Tomas, se levanta y se pone la mascara invisible.
Va hacia el baño, hace buches con el agua de la canilla y comienza el ritual de todos los dias. Hace sus necesidades en el pulcro inodoro, se lava las manos, la cara, se cepilla los dientes y se pega un duchazo. Se viste y sale con el tiempo justo para alcanzar el colectivo 44 de las 7:17 hs. No desayuna (que mala costumbre). Se sienta en uno de los asientos del fondo que siempre estan vacios y comienza el recorrido. Se fija en el puesto de diarios que esta en el primer semaforo, el viejito ese dia no estaba como siempre, en su lugar habia un joven que aparenta 15 años, con muchos granos en su cara. Mira a la gente pasar y se imagina historias, sus vidas. Se fija en la señora que esta caminando con el nene, que parece su nieto, de la mano; seguro ella es la abuela y se hizo cargo del nieto cuando sus padres fallecieron en un accidente de transito.
Luego a las dos cuadras, ve a una morocha impactante, vestida de oficina, ella seguro recibe ofertas de hombres para salir todos los dias (o dia por medio); si se la cruzara en un bar, en la calle o en un boliche, Tomas no se animaria a hablarle. Pensó que una mujer asi esta fuera de su alcance.
Al doblar el colectivo en La Pampa y Luis Maria Campos, se percata de que hay dos niños aspirando una bolsa de pegamento, piensa que su pais se hunde cada dia mas en la ignorancia y que esos chicos no deben tener ni una familia ni una escuela en la cual acobijarse... que mal esta el país... que mal...
Se baja en la terminal y camina algunas cuadras mirando al suelo, pensando en que todavia no entro a trabajar y ya quiere estar cenando en su casa con el calor de la estufa, es 13 de julio y el frio ya le molesta tanto que quiere renunciar a todo.
Solo lo consuela saber que en la oficina lo espera Micaela, con quien ya hubo unas miradas cruzadas y complices en momentos distendidos del horario laboral.
Llega y saluda a todos... Micaela no esta, se encuentra enferma segun avisó por telefono cinco minutos antes... Piensa que su dia va a ser interminable y lo fue... atareado como nunca se retiró una hora mas tarde de lo debido. Cansado se dispone a salir. Obviamente, no se despide de Micaela y ya la extraña.
Se dirige hacia la terminal y espera el bendito 44. Al realizar el recorrido inverso al de la mañana nota que la morocha hermosa no estaba, la abuela con su nieto tampoco y el kiosco de diarios esta cerrado. Como habra sido el dia de aquellas personas? Productivo? Poco interesante? Demasiado largo como el de Tomas? no lo sabra nunca... tal vez al dia siguiente los vea o en algun momento de su vida se los cruce y pueda preguntarles a que se dedican...
Se baja del colectivo. Entra a la casa y concluye su rutina: comida recalentada, un poco de tele y a dormir (antes se saca la mascara invisible); a contar ovejas y soñar con los angelitos, en rogar por un futuro mejor para esos dos chicos que estaban aspirando pegamento... Mañana va a ser otro dia. Tal vez sea mas corto, tal vez Micaela vaya a trabajar, tal vez vea al viejito del puesto de diarios....